El Paravachasca de los niños

 

Sebastián Bonino, en su columna publicada en Local Paravachasca la semana pasada, titulada ¿Y si nos ordenamos? , me da el pie justo (en el marco de las columnas sobre las infancias y juventudes de Paravachasca y su educación) para escribir/reflexionar sobre un nuevo tema.

Justamente mientras leía su texto recordaba algunos trabajos de Francesco Tonucci (pensador, psicopedagogo y dibujante italiano) acerca de cómo viven las ciudades los niños. Y me preguntaba ¿Tenemos en cuenta los intereses y necesidades de nuestros niños y jóvenes al momento de tomar decisiones de diagramación y organización de nuestras localidades? ¿Les damos la oportunidad de participar en instancias de decisión acerca del lugar donde viven?

Sin duda en las políticas de gestión en los distintos niveles del Estado a lo largo de la historia la preocupación por la niñez y adolescencia, las discusiones acerca de posibles intervenciones a su favor y la legislación para la defensa de sus Derechos ha ido ocupando más espacio. Pero Tonucci, en su libro “La ciudad de los niños” destaca: “Hasta ahora, y especialmente en las últimas décadas, las ciudades se han pensado, proyectado y evaluado tomando como parámetro el «ciudadano medio» que, en general, responde a las características de adulto, varón y trabajador. De este modo, las ciudades han prescindido de todos los ciudadanos no adultos, no varones y no trabajadores.”

Pensemos un segundo en nuestras localidades… Tomemos como caso tipo Anisacate… Muchos de los barrios no poseían en la diagramación original una plaza y varios de ellos aún ahora no la tienen (por ejemplo el Barrio Los Talas de amplia superficie y con un crecimiento poblacional exponencial en estos últimos años[1]). La escuela primaria Vicente López, la Fray Luis Beltrán de Paraje el Alto y el Jardín de Infantes se encuentran ubicados en la vera de la ruta E-56 , y para tomar el colectivo tanto estos niños como los Adolescentes que asisten al secundario deben cruzar caminando la peligrosa Ruta 5 (próximamente autovía!!). Si nos sentamos a pensar podemos agregar más temas que tienen que ver con el ordenamiento territorial de todas las localidades del Valle que no han tenido en cuenta a los niños. Y si lo han hecho, no ha sido a partir de sus voces…

Hace un tiempo tuve la oportunidad de trabajar activamente en un trabajo, que consistía en retomar qué pensaban y deseaban los niños de Anisacate. Los chicos de la escuela Vicente  López (nivel primario e inicial) jugaban a escribirle (o dibujarle) una carta al Intendente y contarle qué les preocupaba y qué deseaban para el lugar donde viven. Una vez recolectadas las “cartas” se realizó una primera lectura que permitió armar categorías y subcategorías de análisis para clasificarlas. Posteriormente se determinó a que categoría pertenecía cada uno de los textos e ilustraciones recopilados.

Aunque podemos pensar en algún sesgo (error) en los resultados, dado por la influencia de los adultos (docentes y familias) que acompañaron a los niños en la actividad;  hay resultados que son contundentes:

  • La mayoría de las solicitudes de los niños (34,3%) refieren a las plazas de la localidad –mejoras, más cantidad, arreglo de juegos, más juegos, etc.-. A lo cual si añadimos los playones de patinaje y las canchas de futbol y basquet que piden para las mismas plazas suman un 43%.
  • Pocos niños expresan preocupaciones en sus cartas, pero entre ellas se destacan la seguridad vial y la violencia con un 40 y 26% respectivamente.
  • La escuela y su bienestar en la misma es un interés destacado en los niños, y dentro del mismo el juego ya sea como práctica de deportes (en espacios y con material apropiados) como libre (con juegos en el patio de recreo) muestra valores altamente significativos: 64,5% del total de respuestas referidas a la escuela.

Conclusión… los niños quieren jugar… desde los pequeñitos que soñaban con una calesita hasta los más grandes que volaban en una patineta sobre una pista todos ellos quieren jugar… y más aún no quieren hacerlo solo dentro de sus hogares… sino que sueñan en poder hacerlo libres y seguros en espacios compartidos con sus amigos.

Y aquí podemos repensar nuevamente a partir de las palabras de Tonucci:

“En el siglo que ha descubierto al niño, su capacidad, su desarrollo precoz; que ha definido y promulgado sus derechos fundamentales a la vida, a la salud, a la instrucción, al juego, al respeto; que le dedica estudios, libros y convenciones, el niño se encuentra con un sufrimiento nuevo, regalo del bienestar y del egoísmo: la soledad.”

Queda entonces el desafío, desde el plano individual como familias y vecinos, de organizarnos para facilitar los momentos y espacios de encuentro de nuestros niños y jóvenes con el otro a través del juego y la recreación. Y desde el plano socio-político el avanzar en profundizar las propuestas de participación a los niños. Así, por ejemplo, la iniciativa de Escenarios de Participación llevada adelante por las escuelas de Paravachasca podría articularse de manera sistemática con las gestiones locales de manera de avanzar desde la reflexión a la concreción de intervenciones en espacios reales que cambien la dinámica cotidiana del día a día de los niños en sus barrios y localidades.

Elena García – Especialista en Constructivismo y Educación – Docente

 

[1] Cabe destacar que en diálogo con el Municipio nos han comunicado que hay avances en la concreción de la Plaza de dicho barrio, aunque tuvo que hacerse mediante expropiación de terrenos dado que no estaba en los planos originales prevista.

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