Un intento por recuperar el paisaje original

Por Maximiliano Ceballos – Biólogo

 

El paisaje que nos rodea(ba). Un poco de lo que le paso y que podemos hacer para recuperar algo de lo que queda(rá)

La vegetación que vemos a nuestro alrededor es el resultado de un profundo proceso de transformación de los ambientes naturales, que comenzó con la conquista y todavía continúa. En la provincia de Córdoba, como en prácticamente todo el centro-norte de nuestro país, casi la totalidad del bosque nativo ha sido destruido para abrir tierras de cultivo o ganadería y para el aprovechamiento de leña y carbón. Los pocos espacios que quedan resguardando la vegetación nativa se encuentran muy degradados, en medio de ambientes artificiales y expuestos a un gran número de presiones que van reduciendo cada vez más su biodiversidad. Entre éstas se pueden mencionar los incendios, la tala indiscriminada y el avance desmesurado y sin planificación de las urbanizaciones. A estas se les suma la invasión por especies exóticas, que es considerada actualmente una de las causas más importantes de pérdida de biodiversidad, y que viene acompañada de importantes modificaciones en el ecosistema invadido. Cambios en el funcionamiento de cuencas hídricas (debido a un elevado uso de agua en comparación con las plantas nativas), aumento de los regímenes e intensidad de los incendios, aceleración de procesos erosivos (lo que provoca la pérdida de suelos) y pueden incluso tener un importante impacto en salud pública (incrementando las afecciones por alergias respiratorias, por ejemplo) o en la seguridad civil (muchos árboles exóticos por ejemplo son un importante riesgo cuando se desarrollan eventos climáticos extremos). Todo ello se puede traducir en importantes pérdidas económicas. Muchas de estas especies han sido introducidas como ornamentales, en desmedro del potencial ornamental de las especies que originalmente poblaban la zona.

 

En este contexto resaltar y motivar el uso de las especies nativas como integrantes de nuestros espacios verdes (jardines, patios, veredas, plazas) se convierte en un intento por recuperar algo de este paisaje original, que es también un intento por recuperar algo de la identidad de nuestra tierra, relacionado con leyendas, usos y costumbres que tienen que ver con la historia del lugar en donde vivimos. A la vez que juega un importante rol ecológico: las plantas del lugar durante mucho tiempo evolucionaron en íntima relación con otras especies de la zona, siendo refugio y hábitat ideales para la fauna local. El resultado de tener especies de flora nativa en los espacios verdes, como ya mencionamos en el párrafo anterior, es muy diferente al de contar con una exótica invasora. Además, por estar adaptadas al clima del lugar requieren de menos cuidados, incluyendo menos riego, algo muy importante en zonas donde el acceso al agua muchas veces se ve limitado, y aunque no esté limitado convengamos… agua, no nos sobra… Además, sobre ellas crecen un sin número de plantas epífitas como claveles del aire y son apoyo para que prosperen trepadoras y enredaderas, sumando así nuevas flores y en distintos momentos. No menos importante es el uso medicinal y alimenticio de varias de ellas.

Es importante destacar que en pos de promover el uso de la flora nativa en este sentido, existen en comunas y municipios de la zona normativas y actividades que promueven  conocer, cuidar y valorar la vegetación nativa. En Anisacate se pueden mencionar la Ordenanza 24/15 (Página 18) de Protección y promoción del arbolado nativo y la Ordenanza 85/14 (Página 15), que declara de interés municipal la conservación de todas las especies vegetales nativas, espontáneas o plantadas.

Fuentes consultadas y sitios de interés relacionados con este tema:

 

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