Bullrich se quiere lavar las manos y despegar la visita de los diputados libertarios al represor Alfredo Astiz
Después de que se conociera la visita de seis diputados de La Libertad Avanza, donde se trasladaron en una camioneta oficial para reunirse con el represor Alfredo Astiz y otros condenados por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar argentina, ayer el gobierno nacional salió a enfrentar un nuevo escándalo.
“Fue una decisión personal y cada uno debe hacerse cargo de lo que hace y esa es la libertad”
“Fue una decisión personal y cada uno debe hacerse cargo de lo que hace y esa es la libertad”, aseguró ayer la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para intentar despegar al Gobierno de la visita de sus legisladores. “Estoy a cargo del sistema, no quiero evaluar a qué preso podes ir a ver y cuál no. Me parece que lo que estamos viviendo es una construcción de libertad y si hay alguien que considera que tiene que ir a ver a un detenido porque ellos consideran que formó parte de un momento trágico de la Argentina lo puede ir a ver”, insistió Bullrich
En la prisión de Ezeiza se encuentra Alfredo Astiz. Se le han impuesto dos condenas: ambas a prisión perpetua. Es culpable ante la justicia de numerosos delitos, incluyendo el secuestro de tres Madres de Plaza de Mayo, dos monjas francesas y otros siete militantes que se reunían con ellas para buscar a los desaparecidos y su infiltración en el recién iniciado movimiento de derechos humanos. Ofuscado, Astiz escribió al tribunal que lo condenó hace poco y le dijo que no era considerado un criminal, mucho menos un genocida. Puede sentirse feliz el exmarino. En su visita a la prisión días antes, seis diputados de La Libertad Avanza (LLA) lo consideran un “excombatiente” en la lucha contra el marxismo.
En la prisión de Ezeiza se encuentra Alfredo Astiz. Se le han impuesto dos condenas: ambas a prisión perpetua. Es culpable ante la justicia de numerosos delitos, incluyendo el secuestro de tres Madres de Plaza de Mayo, dos monjas francesas y otros siete militantes que se reunían con ellas para buscar a los desaparecidos y su infiltración en el recién iniciado movimiento de derechos humanos.
Astiz, Carlos Suárez Mason (hijo) y Adolfo Donda, entre otros represores de la ESMA, habrían estado presentes con los diputados. Según la versión, Honorio Carlos Martínez Ruiz, quien fue uno de los agentes de la SIDE que trabajó en Automotores Orletti, Manuel Cordero Piacentini, quien fue condenado por el Plan Cóndor, y Raúl Guglielminetti, quien pertenecía al Batallón 601.