Y nuevamente apareció el ESTADO!!!
Por Sebastian Bonino
¿Cuantas veces nos cuestionamos qué papel tiene el estado?, ¿quién es el estado?, ¿por qué no se ocupa el estado de tal cosa?, ¿para qué sirve el estado?, ¡como nos saca plata el estado!, ¡“todo es culpa del estado”, esto no se aguanta más! … Hasta que un día el estado empezó a estar presente y de repente las preguntas tuvieron sus respuestas, algunas cuestionadas y otras verificadas en su plenitud.
La participación del Estado se traducen en políticas públicas que tienen determinados objetos y objetivos, formas de gestionarse y maneras de ejecutarse, llegando a la sociedad de diversas maneras. En una de las publicaciones más leídas sobre las relaciones entre estado y sociedad civil, Oszlak y O ́Donnell (1981) definen a las políticas públicas (o estatales) como “un conjunto de acciones u omisiones que manifiestan una determinada modalidad de intervención del Estado en relación con una cuestión que concita la atención, interés o movilización de otros actores de la sociedad civil” (Oszlak y O ́Donnell, 1981:112). El estado somos todos, desde el presidente hasta la vecina o vecino que tenemos al lado, es amplio, imposible de medir hasta donde llega, mas cuando esta firme, legitimado y fortalecido por la población con su participación y organización de recursos, cuando vemos la red de relaciones que comprende no tiene un recorrido cierto y limitado. Comprender la amplitud del estado no termina o se relaciona solamente con un “político de turno”, es entender qué rol cumple cada gobernante, desde una comuna hasta un ministerio y lo más importante, es no cuestionar si no es necesario. El gobierno de turno, no es más que un administrador de los recursos con algunas decisiones dentro del estado relacionadas a la distribución y organización de esos recursos, pero sólo es una parte.
El estado abarca desde una compra comunitaria de frutas y verduras organizadas entre vecinas y vecinos, hasta la vacuna antigripal que te administran en un Centro de Salud. Percibir la profundidad del estado nos permite observar un horizonte cada vez más lejano y no encontrar su límite, más si entablamos una participación constante, pero no agobiante, sino simplemente organizarse con las herramientas de cada uno; ejemplo simple: brindar un servicio de cadetería a las personas mayores que no poseen movilidad propia y que necesitan un remedio de una farmacia en Alta Gracia. En el Valle de Paravachasca cada municipio o comuna tiene su participación en el estado, algunos en mayor proporción, visible u oculta, de forma cotidiana y rutinaria, otros en menor medida, pero lo importante es que siempre el estado de alguna forma está presente.
El estado engloba desde la participación, quien provee los recursos, hasta donde se cubre una necesidad. ¿Quiénes integran los “necesitados”? ¿Cómo percibimos la necesidad, y dónde está? El rol del estado es brindar recursos para la igualdad de oportunidades, que sea el árbitro consensuador, no es sacarle a uno y darle al otro, sino otorgar equidad en la población, porque directa o indirectamente el estado está presente en toda la población ¿o acaso el semáforo de una esquina es solo para una parte de la población o la atención en una guardia del hospital o los bomberos?.El estado no tiene un estereotipo de a quien solo ayudar, no es ese “vago”, no hace diferencias, por eso el rol es asistir a todas y todos.
Muchas veces se cuestiona dónde van los impuestos, el famoso “basta de mantener vagos”. Es importante ver y discutir la distribución y la redistribución de los recursos pero no fomentar la desinversión como tantas veces solicitan en las noticias. Los salarios de los empleados públicos, ¿cuántas veces relacionamos con la palabra vagos, no solo en el administrativo, sino en los médico, enfermeras hasta maestras y maestros, profesores, con sueldos debajo de la línea de pobreza?. Hoy finalmente vemos el papel de estos empleados públicos, como los profesionales de la salud que están en la trinchera peleando en esta guerra de un enemigo invisible y sumado a los problemas de educar a nuestras/os hijas e hijos, el importante rol del docente.
Ahora, cuando todo vuelva a una nueva normalidad, ¿cómo tomaremos el papel del estado?, Será olvidado el rol en estos tiempos de pandemia? La participación solidaria de cada ciudadana o ciudadano será reincorporada para fortalecer los vínculos y las relaciones en el territorio?, como reconstruimos un territorio desbastado hasta hace un año donde, se inducia a la no participación social en organizaciones, se sacaban herramientas y los recursos por cuestionarlas como un costo y no una inversión en políticas públicas?, es más, hoy es visible lo necesario de una salud pública integral sociocomunitaria o socioprenvetiva
La nueva normalidad nos mostrara un escenario distinto, este quiebre en el espacio tiempo ejercido por un virus hace que nos repreguntemos varias cuestiones: ¿qué rol cumple el estado?, ¿qué rol tenemos nosotros en la vida en relación a la participación de mejorar la calidad de vida?, ¿cuál es nuestra calidad de vida?, ¿hasta dónde llega?, ¿qué debemos cambiar?, ¿hábitos?;¿actitudes?; ¿hacia dónde vamos? Aparece un espacio nuevo y un destino incierto, repensar lo que percibimos desde las noticias que recibimos en las redes sociales es de suma importancia, cuestionarlas ¿quién las plantea, desde donde están expresándose y con qué intereses?. Espero que no nos olvidemos rápido de lo importante que es el rol del estado, para los más mercantilistas lo pueden asociar sólo a lo material, como intervenir en el mercado, para otros un actor primordial en el territorio donde pone consenso y baraja las cartas en forma equitativa, tanto en lo material como en lo cultural. Somos todas y todos los que debemos participar y sostener un estado cada vez más presente, y nunca más permitir que supriman la igualdad de oportunidades.