El turismo en Paravachasca

Por Esteban Fernández
Licenciado en Información Ambiental

Vecino del Valle

 

 

Estamos finalizando la temporada veraniega y creo que puede ser un buen momento para pensar algunas cuestiones sobre una de las actividades económicas del Valle de Paravachasca: El turismo.

¿Cuantas veces hemos escuchado sobre las bondades de la “industria sin chimenea”, de los enormes beneficios del turismo, de las millonarias cifras que se generan a través del turismo? Para poder desmenuzar un poco estas ideas podemos decir que el turismo es una actividad que genera impactos sobre lo económico, sobre lo sociocultural y sobre el entorno natural. Estos impactos que genera el turismo pueden ser clasificados como positivos o negativos.

La clasificación anterior puede ser interpretada como muy estructurada y de hecho lo es, pero permite ver de manera gráfica que el turismo si no es bien gestionado puede generar impactos que pueden terminar modificando negativamente los valores naturales y/o culturales que hicieron que ese lugar sea elegido por los turistas. Como reza el famoso dicho: matar la gallina que pone los huevos de oro…

Para intentar explicar mejor esta cuestión, enumeraré ejemplos de impactos negativos sobre el componente sociocultural: una población que produce algún tipo de artesanía y que ante la llegada masiva de turistas que no le otorgan valor a esa artesanía y como no existen políticas de revalorización de ese producto, un artesano comenzó a revender productos industriales importados de Asia perdiendo el saber de sus ancestros quienes venían produciendo esas artesanías durante muchas generaciones. Esto mismo puede ser trasladado a poblaciones que empezaron a aprender inglés para “atender” mejor a los turistas y perdieron su lengua nativa, las danzas típicas, algún modo de construir que se venía transmitiendo de generaciones en generaciones. En cambio sí se generan políticas turísticas que pongan en valor los componentes culturales de un lugar, muchos turistas pueden llegar atraídos por ese patrimonio y colaborar con la conservación de dichos valores culturales. Esto mismo puede ser trasladado a la cuestión económica. Si el turismo masivo llega y trae consigo malas condiciones laborales, solo genera trabajo en negro, si los inversores y los que perciben todas las ganancias son capitales internacionales que solo dejan en la población local pobreza y malas condiciones de vida, no vamos a ver nada positivo del turismo. Las grandes cadenas hoteleras instaladas en muchas playas caribeñas han generado este tipo de situaciones. Enormes grupos económicos internacionales construyen hoteles muy lujosos y el dinero que genera el turismo se va del país y a pocos kilómetros de esas playas la población local vive en la más absoluta miseria, sin ni siquiera poder acceder al mar. Por otro lado si la llegada de turistas a un destino se piensa con mano de obra local, se generan políticas de acompañamiento a prestadores de servicio locales y se generan encadenamientos de emprendedores locales que brinden buenos servicios a los turistas, toda la población se verá beneficiada. Hablar de los beneficios que genera un comerciante local cuando contrata mano de obra local, necesita ampliar su comercio y lo hace con albañiles que sean vecinos, sus proveedores son de la zona, y así la cadena puede ser muy grande. Todo esto debe ser acompañado y controlado por políticas turísticas de “cuidado” de la población local.

El caso más evidente de lo que más arriba mencioné como matar la gallina que pone los huevos de oro es cuando los turistas llegan a un lugar atraídos por la singular belleza natural de un territorio y solo se ocupan de degradarla sin ningún tipo de control. Esos impactos negativos sobre el componente natural pueden ser de diversa escala y pensando en Paravachasca podemos mencionar los complejos de cabañas u hoteles si no tratasen los residuos cloacales, o si las familias que vienen a refrescarse en el Rio Anisacate se dedicaran a talar los árboles que hay en la costa o dejaran todos los residuos a la vera del rio. Hay lugares en los que luego de años de mala gestión turística pudieron darse cuenta de los errores y generar estrategias para mitigarlos. En algunas playas de México donde los turistas impactaban sobre los nidos de algunas especies particulares de tortugas, se tuvieron que generar regulaciones especiales para que se recuperaran esas poblaciones de animales y hoy convivan los turistas con la fauna y flora nativa.

Se podrían seguir enumerando muchos ejemplos pero creo que muchas de las ideas anteriormente desarrolladas pueden permitirnos parar la pelota y pensar en Paravachasca. ¿Cómo estamos en nuestro valle con la política turística? Nuestros recursos naturales y culturales hacen que muchos turistas se sientan atraídos y nos visiten año a año. Las situaciones enumeradas al inicio de este artículo, como lo intransitable que se vuelve la ruta algunos fines de semana, los kilos y kilos de basura que quedan en la costa del rio, la invasión de especies vegetales exóticas que en muchos casos son plantadas en hoteles o complejos de cabañas, son todos impactos de una mala gestión de la política turística. Retomando las ideas desarrolladas por Sebastian Bonino en su artículo ¿Y si nos ordenamos? Nos permitirá pensar en una herramienta de gestión muy valiosa. Podemos impulsar un plan de ordenamiento del territorio con criterios ambientales que tengan en cuenta la participación de todos los actores que vivimos permanentemente en el Valle y aquellos que nos visitan y disfrutan de nuestros atractivos naturales y culturales, y de esa manera tener en cuenta todas las voces y miradas.

En octubre del año pasado se realizó en Alta Gracia el Foro Regional Área Paravachasca para sumar aportes a lo que será la actualización del Plan Estratégico de Turismo Sustentable de la Provincia de Córdoba y lamentablemente muchos sectores vinculados al turismo y a la gestión del territorio no estuvieron presentes. Estos espacios son importantes para que entre todos podamos pensar cómo queremos que sea el desarrollo turístico de Paravachasca. Veremos este año cuando se publique dicho plan cuáles serán las problemáticas detectadas para el Valle y cómo entre todos nos involucramos para seguir teniendo un Paravachasca con riquezas naturales y culturales por muchos años.

 

Imágenes: Esteban Fernández

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